«Con la que cae»

La expresión tiene su gracia, la oigo con mucha frecuencia últimamente y si no fuera porque tras esta, simpática, frase de cuatro palabras hay un horizonte de cuatro millones de parados,  deflación,  recesión económica*, … incluso sonreiría al oírla.

Los datos macroeconómicos son escalofriantes, cuesta afrontar con entereza el momento de leer las páginas de economía del periódico, de escuchar las noticias, ver los debates, repasar los feeds, … pero la vida continua. Aquí en Baleares nos vanagloriamos y felicitamos por haber creado 80 (si, ni uno más ni uno menos) puestos de trabajo en el mes de febrero y no es para menos en un momento en que se destruyen millones de trabajos en todo el mundo. Son momentos dificiles, estamos en lo más crudo del crudo invierno, aunque es posible que todavía no hayamos llegado a lo más crudo de la cruda crisis.

Al ver toda esta destrucción, para mi esta incertidumbre, esta sensación de vertigo ante el absoluto abismo que se presenta ante nosotros, me recuerda sobretodo las ruinas de un edificio en mitad de un gran solar abandonado, como decía, esta destrucción me plantea infinidad de preguntas, que puedo resumir en una:

¿Que hacemos ahora para solucionar esto?

Podría citar a algún filósofo, político, escritor, un refrán popular, … y muchos de ellos me servirían para reflejar lo que es para mi una evidencia: simplemente hay que continuar. El modelo económico actual esta en entredicho, no solo por esta crisis, sino por los miles de millones de personas en el mundo que viven en condiciones infrahumanas y por los pocos millares que amasan bienes más allá de toda lógica. La gente de Darfur, no se pregunta como podrá pagar la hipoteca de su nuevo pisoDePrimerasCalidadesQueComprePorEncimaDeMisPosibilidadesPorqueElBancoCabrónQueríaSacarmeLosCuartos, se pregunta si tendrá que comer. Pero eso no le impide levantarse cada mañana a cumplir con la más dura de las rutinas, vivir,  ante un problema las personas continuamos. Caemos, nos levantamos. Así tiene que ser, hay que mirar más alla de los datos, más alla de las perspectivas, más alla de nuestros miedos y avanzar, con tiento si, pero avanzar. Cada uno avanzará a su manera, con sus ideales de futuro, pero debería apoyarse en el de al lado, garantizando que su esfuerzo personal suma. La humanidad es una especie gregaría y necesitamos colaborar para salir adelante, con la que esta cayendo todos deberíamos arrimar el hombro para que al salir, juntos, de esta crisis el mundo sea un poco más justo y puedas contar a tus nietos, que estuviste allí y corriste delante de los grises (perdón es es otra historía).

Me gusta mirar adelante con optimismo, ahora cuesta, pero precisamente por eso hay que hacerlo. Mi forma de contribuir es trabajar para que mi empresa funcione y poder garantizar el mayor numero posible de empleos, pero también pensar en como puedo ayudar a crear una conciencia de grupo mayor en mi entorno, para que crisis como estas sean lo peor que nos puede pasar (a mi, a ti, al desplazado de Sudan, al palestino o al israelí, al Colombiano, al trabajador polaco en Inglaterra, …. a cualquiera).

*Hablando solo de España, porque en el mundo simplemente no me bastan los dedos para contar.

Coopetencia

La web 2.0 y el código abierto, han traído un tendencia algo naif al mundo del software, la interoperabilidad, la estandarización y colaboración, son mantras de muchos desarrolladores, pero ¿lo son de los empresarios?

Ya he comentado que soy miembro de la junta directiva de las dos principales asociaciones locales de software: la patronal GsBIT y el cluster TIC para el turismo Turistec. Ya llevo dos años prácticamente en estos menesteres y mis conclusiones después de observar la colaboración que existe entre las empresas 2.0 y las 1.0 en el mundo tecnológico (somos unas 60-70 empresas en Mallorca) es que la colaboración entre empresas tiene muchas aristas que deben limarse. Es fundamental no pelearse con el de al lado por las migajas, sino mirar el pastel entero, ver que tenemos suficiente para los dos y trabajar para conseguir más juntos que por separado. pero no todas las empresas tienen un modelo de negocio compatible con la colaboración, otras veces una de las dos aprovecha mejor los recursos obtenidos de la colaboración, a veces competir implica no ser tan escrupuloso como requiere la cooperación y la confianza es imprescindible para colaborar. Continúa leyendo Coopetencia

Pues no veo la crisis por ningún lado

Yo, si que la veo, pero ya me ha pasado en varias ocasiones que alguien me ha hecho este comentario (normalmente funcionarios, pero no exclusivamente), salvando las distancias es una afirmación del tipo: no creo que el Holocausto nazi ocurriera. Cuando más de tres millones de personas están sin empleo, miles de empresas tienen que cerrar y las que no, tienen que hacer malabarismos; es obsceno oir algo así.

Otro amigo me decía el otro día que la culpa de todo la tienen Ronald Reagan y Margaret Thatcher con su política ultra-liberal que ha llevado al proteccionismo de los privilegiados (directivos de grandes empresas) y a la absoluta indefensión de la mayoría ante los abusos de los poderosos. Estoy convencido que las decisiones que se tomaron entonces, han tenido su efecto, pero tanto como para ser la razón por la que hemos llegado a esta situación, es darles demasiada importancia.

No hay duda de que estamos en un periodo complicado y que a alguno le sean indiferente las dificultades de los demás no es una novedad. Pero desde esta atalaya que es una pyme, os aseguro que el futuro deberemos ganarnoslo, no hagais caso de los que intenten convenceros que no tenemos futuro, pero tampoco de los que os digan que va a ser sencillo.

La ingenieria informática

Estaba contestando un post de Galli y la respuesta me ha salido interminable, así que lo he convertido en un articulo.

Yo nunca me he imaginado la profesión de programador similar a la de arquitecto, ingeniero de caminos, ingeniero industrial, etc. Siempre he considerado un error garrafal separar el desarrollo del concepto de su producción, es cierto que la implementación tiene diferentes niveles de abstracción y que seguramente se requieren conocimientos del dominio que no pueden estar en posesión del desarrollador y que por tanto se deberá colaborar con otros expertos, pero no a alguien que crea un plano y otro que lo ejecuta de forma totalmente inconexa; a grandes rasgos yo identifico más a la informática con la práctica sanitaría. Espero ser capaz de explicar mi punto de vista.

La medicina tiene muchísima información y conocimiento sobre el cuerpo humano su estructura y funcionamiento, su misión es hacer que funcione adecuadamente. Para ello existe un lenguaje formal que permite que dos médicos se entiendan. Ahora viene mi vuelta de tuerca, el programador no es un médico, sino un farmacéutico capaz de generar mediante ese lenguaje formal soluciones a determinadas necesidades, por ejemplo reducir la presión sanguínea de la cabeza que genera dolor. Otro farmacéutico es el que vende esa solución al paciente y el médico que mantiene el hardware funcionando.

Nadie en su sano juicio exigiría al médico que crear un fármaco, por más que usen el mismo lenguaje formal y que la formación de uno y otro sea similar, nadie espera de una empresa farmacéutica que tenga proyectada la creación de un fármaco, no obstante si se debe exigir que haya una sistemática de trabajo que reduzca los errores, que se pruebe, que se contrate a los mejores y que se dedique el tiempo necesario a hacerlo lo mejor posible.

Creo que la explicación no ha sido brillante, pero espero haber transmitido los fundamentos de la idea, el ordenador es un instrumento complejo, para el que crear una solución depende de muchos factores no controlables fácilmente a priori y que si hay una profesión similar esta sería la sanitaria (en general) y no desde luego la construcción, simplista en demasía,  ya sea de edificios, carreteras, puentes o la fabricación de maquinas.

Según este paradigma deberiamos diferenciar entre los que crean soluciones (farmaceuticos-programadores), los que las implantan (médicos-ingenieros de sistemas/consultores), los que controlan su implantación (enfermeros-tecnicos de sistemas) y los usuarios (auxiliares, celadores -helpdesk). Es una metafora que a mi me sirve mejor para entender nuestra profesión.

Al mal tiempo, buena cara

La falta de liquidez de los mercados financieros, sumada al gasto desenfrenado por parte de gobiernos, empresas y familias realizado en los últimos años nos está aboncando a una era glaciar económica. La crisis no es por si misma más severa que las anteriores, al menos por el momento, pero es mucho más global.

No nos engañemos, los más perjudicados, como siempre, son los más pobres que a la crisis económica del primer mundo tienen que sumarle la crisis alimenticia producida por las cambiantes condiciones climatológicas, la política agraria del FMI y BM de los años 90 y el abuso de los biocombustibles.

En estos momentos de incertidumbre, no se puede más que intentar ser optimista (que no insensato). No me refiero al tópico de «las crisis son necesarias» o «hay que verlo como una oportunidad», sino a intentar buscar que cosas son realmente importantes para nosotros y esforzarnos por mantenerlas, crear una cultura personal de ahorro, pero continuar gastando en aquello que nos permite mirar la vida con una sonrisa (a un cuando sea un gasto totalmente superfluo).

Como emprendedor, esta es una encrucijada compleja, una tormenta de esta magnitud y naturaleza es difícil de sortear sin que la nave sufra, en el mar se arrían velas, se busca refugio a barlovento, se huye del centro de la tormenta y de la costa que nos quede a favor de viento. En este caso el centro de la tormenta es la liquidez, así que tenemos que ser capaces de huir de las necesidades de financiación, asegurar que nuestra estructura es sufragable con fondos propios y los ingresos que se van generando, pero eso nos da muy poco margen de maniobra ¡especialmente si estamos empezando!

Así que ¿cómo poner buena cara a una situación en la que tenemos la tormenta encima nuestro y la costa a dos palmos porque no hemos tenido tiempo de ir mar a dentro? Con imaginación y tenacidad. Imaginación para buscar recursos y clientes, para reducir al mínimo los gastos operativos y ofrecer un producto realmente diferenciado y que valga la pena comprar en estos momentos. Tenacidad para no rendirse al desanimo, para no caer en la tentación de reducir plantilla, pues en estos momentos es cuando más necesitas a la gente que trabaja contigo, tenacidad para hacer oídos sordos a los cantos de sirena que auguran una vida mejor si trabajas para el estado o una gran multinacional, tenacidad para mantener la vista en el timón y en las olas y no en las rompientes. Nadie puede garantizar en estas condiciones el futuro a medio plazo de una empresa, pero si tu empresa tiene que tener un futuro, seguro que pasa por luchar cada día codo con codo con tu gente para tirar para adelante y hacerlo con una sonrisa.

PD: Yo encontré mi juguete: la innovación en la gestión de empresa.

Lo que no me enseñaron en el MBA

Al terminar la carrera trabaje en una software factory en Madrid, no estuve mucho tiempo, pero aprendí como funciona el mundo de las empresas de consultoría informática: no me gusto. Pensé que tenia buenas ideas y un futuro mejor como emprendedor, así que curse un MBA en una escuela de negocios pequeña pero con cierto prestigio. Aprendí mucho más. Aprendí como funciona una empresa, los mecanismos de la económica y como trabajar divirtiéndome; pasábamos 11 horas diarias en la escuela y me lo pasaba bien. Trabajábamos muchísimo para cumplir con los plazos imposibles, pero el vinculo con mis compañeros y la curiosidad hicieron el trabajo llevadero. Continúa leyendo Lo que no me enseñaron en el MBA

La innovación empieza por ser creativos en la gestión

Me ha llamado mucho la atención esta propuesta que leía a través del blog de LinkingPaths. Hay que ser creativo en nuestras propuestas para cambiar la actual situación de crisis económica y valiente si queremos desarrollar un sector con, por ahora, poco más que unos buenos cimientos y la primera planta.

El talento de nuestros colaboradores pone el limite de donde conseguiremos llegar como empresa, es fundamental tener buenos profesionales puesto que la calidad de nuestros productos dependerá exclusivamente de ellos.

En España en general y muy especialmente en Mallorca, tenemos un déficit de buenos profesionales, no solo programadores, también faltan diseñadores, directores de proyecto, maquetadores y consultores; la razón es sencilla, es un sector en crecimiento con una clara tendencia a la baja en las vocaciones (casi se ha reducido a la mitad el numero de matriculados en las ingenierías informáticas en los dos últimos años en la UIB).

Tenemos que apostar por los emprendedores locales y atraer grandes profesionales que complementen el expertise existente. Si hacemos lo mismo que en el resto de regiones acabaremos estando en el mismo lugar, a la cola de la innovación, con una industria obsoleta y con uno de los índices de productividad más bajos de la OCDE.

nota: La carencia de profesionales no implica que los que hay no sean capaces, sino que no son suficientes.

Más sobre el compromiso en la empresa

Escribiendo un comentario en un post de Pilar Jericó, uno de mis feeds imprescindibles, me ha salido un post sobre uno de los temas más complicados en una empresa: el compromiso.

En las empresas de servicios el compromiso con la tarea que se desempeña es imprescindible, llevado al extremo una persona solo realiza el trabajo si quiere hacerlo. El grado de compromiso marca el esfuerzo que se dedicará, aunque el resultado final depende de muchas otras cosas.
Idealmente, una empresa debe contar con gente comprometida con su proyecto, pero la naturaleza del compromiso de la compañía y del empleado variará inevitablemente, por lo que tendremos que construir estructuras organizativas que puedan adaptarse a los cambios que sufrirá la relación empleado/compañía. Continúa leyendo Más sobre el compromiso en la empresa

Cuando los ya te lo dije no tienen sentido

Este entrada es una respuesta al post de Ricardo Galli, de esta semana, sobre el estado del sector del software y la crisis, pero no exclusivamente, esta dedicado a todos los que de alguna forma pueden aportar mucho en estos momentos y se limitan al «ya te lo dije». Me parece poco oportuno en una situación como la actual no proponer argumentos que nos permitan cambiar el rumbo y no simplemente evidenciar lo que algunos no querían ver hace poco más de un año, pero ni con los ojos vendados podrían obviar ahora. 

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